Esta creación surrealista y arriesgada, la del ser humano, es como dar una escopeta cargada a un grupo de monos y esperar que se pongan de acuerdo.
Somos hijos de la libertad brindada al hombre para forjar su destino. Somos la obra maestra de un artista sin firma, misterioso y eterno a partes iguales, que nos ha esculpido con el cincel de la vida, el oficio del tiempo y la magia de la evolución…
…es el misterioso autor del poema que a sangre y fuego escribe este vasto universo, donde nuestro querido planeta baila al son de las estrellas.
Somos hijos del tiempo Y el tiempo, un suspiro del creador. Somos la caricia tierna del autor del mundo.
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